En la Escuela de Formación de Bomberos, ubicada en calle Montegrande, Antofagasta, se alza un nuevo mural realizado completamente en mosaico por el equipo de Nanda Yasoda, como un gesto de profunda admiración hacia quienes dedican su vida al servicio de los demás. La obra, que mide más de 2,80 metros de largo por 2,70 metros de alto, integra el logotipo institucional de los bomberos, reinterpretado desde el lenguaje matérico y simbólico del mosaico.
La instalación fue realizada junto a los alumnos y futuras generaciones de bomberos, en un proceso colaborativo que convirtió la creación en una experiencia compartida, de reconocimiento mutuo y memoria activa.
“Este mural es mi manera de devolver algo, desde lo que sé hacer, a quienes nos protegen con tanta entrega. Es un homenaje a su vocación, a su fuerza silenciosa, y al fuego interno que los impulsa a actuar con generosidad y sin condiciones», comparte Nanda Yasoda.
Cada tesela se dispone como parte de una narrativa mayor: la del cuidado colectivo, la disciplina silenciosa y la valentía cotidiana. En una ciudad que muchas veces olvida a quienes sostienen su ritmo en silencio, esta obra se instala como un acto de gratitud y permanencia.
Más que una intervención decorativa, el mural se transforma en un signo vivo de reconocimiento, allí donde se forman quienes eligen, día a día, proteger la vida.


















