The Chicago Mosaic School

Residencia en Chicago Mosaic School

La residencia en la Chicago Mosaic School fue una experiencia de inmersión artística que expandió los límites de mi práctica. Más que un tiempo de producción, se convirtió en un espacio de investigación y exploración, donde el mosaico dejó de ser solo técnica para transformarse en un territorio de experimentación sensible y crítica. El trabajo en taller, los recorridos y el contacto con archivos y colecciones permitieron interrogar materiales, soportes y formas no convencionales, abriendo nuevas preguntas sobre lo que significa hoy trabajar con fragmentos.

Este cruce entre materia y pensamiento no buscó resultados inmediatos, sino abrir procesos. Fue un tiempo para detenerse, observar y reconfigurar la práctica desde la contemplación y el hacer. Pronto, los frutos de esta experiencia comenzarán a tomar forma en proyectos y obras que darán cuenta de lo aprendido: la confirmación del mosaico como un lenguaje vivo, capaz de reinventarse y de habitar las fisuras del presente.

Chicago era verano. El calor se mezclaba con el olor a café y asfalto, las calles vibraban de música y voces, y el lago se abría como un horizonte interminable, espejo azul que contenía la ciudad. Todo parecía expandirse: la luz, los pasos, los encuentros. Un tiempo suspendido, donde lo cotidiano se volvía recuerdo.